La población española es una de las más longevas del planeta. Cada vez hay más personas mayores de 65 años en nuestro país y no es raro ya ver personas que llegan a los 100 años.
La Enfermedad de Dupuytren consiste en la aparición de una serie de cuerdas fibrosas justo debajo de la piel. Estas cuerdas condicionan una retracción primero de la piel y posteriormente de los dedos de la mano, siendo más frecuente la afectación de los dedos anular y meñique.
Esta enfermedad suele presentar un patrón familiar y predominantemente masculino, sin ser indispensable para su aparición. Si bien la enfermedad de Dupuytren puede estar asociada a cierto tipo de trabajos manuales con herramientas que producen impactos repetidos, lo más frecuente es que aparezca en personas con cualquier tipo de oficio. Además tiene como característica el ser recurrente, es decir, una vez tratada la enfermedad puede volver a aparecer en el mismo, en otros dedos, o en la mano contraria.
Son tres las principales técnicas para tratar la enfermedad de Dupuytren:
Cada una de estas técnicas presenta ventajas y desventajas. Preferimos la técnica de fasciotomía percutánea con agujas por los siguientes factores:
1. Recuperación más rápida al no tener cicatrices en la piel, ni necesidad de corte de puntos.
2. Máxima seguridad en cuanto a tasa de lesiones nerviosas y vasculares.
3. No hay riesgo de reacciones alérgicas a la colagenasa.
4. Alta satisfacción de más de cien pacientes. Muchos de ellos ya conocían la cirugía por técnica abierta que se les había realizado años atrás.
En los casos más severos, en los que ya se ha producido una rigidez en las articulaciones de los dedos, puede ser preciso añadir incisiones que permitan liberar la articulación y la elongación de la piel que se ha retraído con el paso de los años.
Como con cualquier procedimiento médico, debe consultar con su médico especialista para saber si es un candidato adecuado o si hay contraindicaciones que podrían requerir una preparación especial o bien la selección de otra técnica terapéutica.
Participando como ponente y organizador de dos magníficas mesas de cirugía de columna en colaboración con SILACO en el XXV Congreso Internacional de la Sociedad Latinoamericana de Ortopedia y Traumatología (SLAOT) en la Universidad Católica Argentina, Puerto Madero, Buenos Aires
Radio Castilla-La Mancha entrevista al Dr. Andrés Barriga sobre el aumento del lumbago en las vacaciones. Puedes escucharlo a partir del minuto 40:00.
http://www.cmmedia.es/programas/radio/castilla-la-mancha-hoy/podcasts/0_uemtrkyi/
La articulación de la cadera es la encargada del movimiento de la pierna sobre la pelvis. De importancia clave en movimientos tan importantes como el caminar. De manera básica consiste en una pieza con forma de esfera, que es la cabeza del fémur, que se mueve y gira dentro de una concavidad que existe en la pelvis llamada acetábulo. El hueso no es una superficie perfectamente lisa, por eso cada uno de los dos elementos disponen de una capa que los tapiza llamada cartílago. Este cartílago es liso y tiene unas cualidades de deslizamiento únicas, de tal manera que el movimiento y deslizamiento de la cabeza del fémur dentro del acetábulo se produce prácticamente sin roce. Para facilitar las cosas, además, ambas superficies están bañadas con el líquido articular, que es una especie de “aceite lubricante” producido por el propio cuerpo para facilitar el movimiento.
El esguince de tobillo es una de las lesiones más frecuentes en traumatología. A casi todos se nos ha torcido alguna vez el tobillo al pisar mal o haciendo deporte, la mayor parte de las veces sin mayor repercusión que dolor puntual que ha mejorado solo.
Los esguinces de tobillo se producen por un estiramiento brusco de los ligamentos. En el 90% de los casos afecta a los ligamentos externos del tobillo, principalmente al ligamento peroneo-astragalino anterior. Se clasifican según su gravedad en distintos grados. En el grado I hay una pequeña distensión o sobrestiramiento del ligamento, con poca repercusión clínica y dolor limitado. En el grado II se produce una microrruptura ligamentosa sin solución de continuidad y sin inestabilidad. El grado III es el más grave y en él se produce una ruptura del ligamento con aparición de inestabilidad en el tobillo. En este caso, el tobillo se hincha mucho, aparece un hematoma por el sangrado secundario a la ruptura y el dolor es importante, impidiendo cargar la extremidad.