El pádel se considera un deporte relativamente joven, aunque en la última década, ha sufrido un crecimiento exponencial en España, tanto en el número de practicantes, donde ha aumentado un 300% entre 2005 y 2010, como en número de licencias y clubes federados, donde se ha producido un crecimiento de un 101% desde 1998 hasta 2011. Este gran auge puede explicarse por ser un deporte muy atractivo para cualquier público, debido a diferentes características como son el reducido tamaño de la pista y la existencia de paredes que facilitan devolver la pelota y prolongan el juego, a la vez que la exigencia fisiológica es moderada.